domingo, 7 de julio de 2013

BRASIL ECHÓ PA’TRAS PROYECTO DE VOLVER A LAS “TERAPIAS REPARADORAS DE LA HOMOSEXUALIDAD”

Tomado de Dos Manzanas.com

Una buena noticia. El proyecto que pretendía reintroducir en Brasil las peligrosas “terapias” reparadoras de la homosexualidad ha sido retirado por sus promotores una vez estos tuvieron claro que sería objeto de una contundente derrota en el pleno de la Cámara de Diputados si llegaba a votarse bajo la presión de las recientes movilizaciones sociales, en las que ha participado muy activamente el colectivo LGTB, y que hicieron de la retirada de este proyecto uno de sus objetivos.

El proyecto surgió hace pocas semanas de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de Brasil, presidida por el evangélico Marco Feliciano, y buscaba la suspensión de dos artículos de una resolución del Consejo Federal de Psicología de Brasil, en vigor desde 1999, que prohíben el uso de las “terapias” reparadoras de la homosexualidad. Ya entonces el Consejo Federal de Psicología de Brasil publicaba un durísimo comunicado en el que acusaba a Feliciano de haber conseguido la aprobación de la iniciativa tras una discusión “truculenta y arbitraria” y sin el quórum suficiente en la comisión. El órgano de gobierno de los psicólogos brasileños calificó la decisión de “episodio triste de la historia brasileña” y tras repasar los argumentos que llevaron a tomar la decisión de prohibir la aplicación de las “terapias” reparadoras confiaba en que finalmente prevaleciera “el respeto a la Psicología como ciencia y como profesión”.

La iniciativa había merecido también las críticas de la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosário, que tras su presentación anunció que el Gobierno brasileño “trabajaría” para evitar que fuera aprobada. Un anuncio que entonces mereció las críticas de Marco Feliciano, que acusó a la ministra de “injerencia” en la labor del legislativo.

Pese al momentáneo final feliz (Marco Feliciano ya ha advertido que volverán sobre el asunto en un futuro) lo sucedido confirma en cualquier caso los peores temores de los defensores de los derechos LGTB cuando en marzo Feliciano era nombrado presidente de la comisión de Derechos Humanos pese a contar entre sus antecedentes con declaraciones abiertamente racistas y homófobas. Feliciano es miembro del PSC (Partido Social Cristiano de Brasil), que forma parte de la denominada “base aliada”, la coalición de fuerzas que sostiene al Gobierno de Dilma Rouseff, a la que parece haberle importado poco colocar a un personaje así al frente de tan importante comisión pese a la oposición de numerosos diputados de su propio partido (el PT, Partido de los Trabajadores).


El nombramiento de Feliciano, en último término, es una buena muestra del poder e influencia que los grupos evangélicos, que agrupan ya a un quinto de la población brasileña, están acumulando en ese país. En mayo, por ejemplo, los evangélicos convocaban a más de 100.000 personas en Río de Janeiro para protestar contra el matrimonio igualitario, recientemente reconocido en todo el país por decisión del Consejo Nacional de Justicia. Bien es cierto que pocos días después cientos de miles de personas celebraban con gran éxito la 17ª edición del Orgullo LGTB de São Paulo.

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